Veo que es muy común que tras separarnos de una persona, pensamos en ella cada vez más. Tratamos de comprender por qué no fuimos suficientes para él o para ella, qué pudimos hacer diferente, o qué fue en lo que nos equivocamos.
Mis pacientes me comentan que día tras día, los pensamientos van detrás de la imagen del que se fue, y cada vez que se dicen “debo pensar en otra cosa”, terminan con el mismo círculo vicioso.
Aquí te doy un tip para que esta tarea no sea un imposible: el reto es comenzar a pensar en ti, y en hacer cosas para ti.
Quiero decirte que una vez que cuentes con fuerzas para reconstruir tu vida, en la que ahora hay más independencia y control personal que antes, tus fuerzas diarias deben dirigirse a proyectos individuales.
Quizá quieras tomar un curso de fotografía o de danza, o comenzar con el taller de pintura que tenías pendiente. Quizá también quieras recuperar tus relaciones con viejas amistades, viéndolas más a menudo para tomar un café.
Cuando concentres tus esfuerzos y tiempo en proyectos que son exclusivamente tuyos, podrás ir desplazando viejas preocupaciones. Para este nuevo reto de “limpiar tus pensamientos” como coloquialmente se dice, puedes crear una agenda de proyectos, en la que hagas una lista de cinco o diez planes inmediatos en los que quieres poner tu interés. Y ahí mismo vas “palomeando” lo que vas cumpliendo.
Esta agenda te permite enfocarte en tu desarrollo individual, por lo que tu mirada se dirige a concretar nuevos proyectos, alejándote día tras día, de los pensamientos-cadenas que te atan al sufrimiento del ayer.
Recuerda: mientras más nos prohibimos algo, más estará presente en nuestra vida.
El camino que genera más rendimientos positivos es el que pasa por tus metas, por la atención enfocada a lo que haces hoy y con quién estás ahora (esto incluye familia ampliada y amistades cercanas o lejanas), y por lo que decides hacer el día de hoy, para tu propia satisfacción.
Por la Dra. Diana Cover van Putten
CEO de TeQueremosEscuchar.com
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